Por muchos años, este paradigma ha sido el paradigma dominante.
Este paradigma sigue la metáfora del escritorio, es decir, los objetos que componen la interfaz del computador son una anología de los objetos que se tienen en una oficina de la vida real (ej., escritorio, basurero, reloj, libros, etc..).
En su tiempo, la metáfora del escritorio funcionó bien para acercar a los usuarios a utilizar el ordenador ya que los usuarios creaban relación entre el mundo real y el lógico del ordenador. Hoy por hoy, esta metáfora ha sido asimilada por la gran mayoría de usuarios.
En este paradigma, el usuario generalmente permanece sentado para interactuar con el ordenador que contiene interfaces de manipulación directa.